Antes de entrar en una relación de pareja es importante tener claridad acerca de lo que quieres de una relación afectiva. Existen distintos tipos de relaciones que básicamente se dividen en dos categorías; con compromiso y sin compromiso. Las relaciones con compromiso suelen pasar por distintas etapas donde las dos personas se toman el tiempo para conocerse y decidir si son compatibles y llegan a acuerdos acerca de lo que se quiere de la relación. Las relaciones sin compromiso o las relaciones casuales no implican un compromiso afectivo, de comunicación o de ningún acuerdo con la otra persona. Por lo tanto, en una relación casual no puedes esperar tener los mismos beneficios que en una relación con compromiso.
Si tienes claridad acerca de estas diferencias en las relaciones afectivas entonces puedes manejar tus expectativas frente a la relación. Manejar las expectativas no significa “no tener expectativas.” Es importante para tu desarrollo afectivo y crecimiento personal, tener expectativas, comunicarlas a tu pareja y poner límites cuando no se cumplen. La clave de manejar tus expectativas es saber de quién sí puedes esperar algo y de quién no. No puedes tener expectativas afectivas y relacionales de alguien que constantemente te demuestra que no tiene intenciones de tener una relación con compromiso contigo, ya que los compromisos implican cumplir con las expectativas y los acuerdos que se han llegado en la relación.
Tener claridad frente a tus expectativas es importante porque implica crear estándares en tus relaciones afectivas. Tu mundo emocional es muy importante y sensible para desarrollar un sentido de tí misma entonces procura no compartirlo con cualquier persona y determina con claridad a quién dejas entrar a tu mundo emocional y en qué medida. Crea estándares y no te conformes por menos de lo que tu sientes que te mereces, nunca.