El apego emocional es la manera cómo de niños aprendimos a dar y recibir afecto. Creamos unos patrones, creencias y comportamientos relacionales a partir de cómo nuestros padres se relacionaban con nosotros entre los 0 y 7 años. Utilizamos este mismo sistema de creencias, patrones y comportamientos en nuestras relaciones afectivas con amigos, pareja y compañeros de trabajo. Por lo tanto, proyectamos todas nuestras inseguridades, miedos y valores en estas relaciones. Proyectamos los patrones sanos como los patrones malsanos en nuestras relaciones sin saber diferenciar. Hay cuatro estilos de apego que formamos a partir de las experiencias en nuestra infancia; ansioso/ambivalente, evitativo, seguro y desorganizado inseguro. Los estilos de apego son cambiantes y orgánicos; pueden cambiar de acuerdo con el contexto, las personas con las que te relacionas, si has tenido una experiencia traumática. Por lo tanto, no son fijos y lo que pretende este enfoque es entender el estilo de apego que proyectas en tu relación actual y por qué.
Si has identificado que tienes codependencia emocional entonces lo más probable es que tengas un estilo de apego ansioso/ambivalente. Un estilo de apego ansioso y ambivalente proviene de una infancia en la que el amor y el afecto se dan de manera inconsistente. Los padres habrían sido demasiado entrometidos y afectuosos o completamente ausentes física y emocionalmente. Se presenta en padres distraídos o ausentes que estarían lidiando con sus propias dificultades emocionales, responsabilidades del trabajo o del día a día lo que les impide estar disponibles para sus hijos. Sin embargo, cuando hayan resuelto los temas laborales o emocionales, estarían completamente disponibles, afectuosos y cariñosos. Dentro de ese tiempo limitado de atención, el padre se involucrará, será juguetón y prestará demasiada atención al niño.
Este tipo de fluctuaciones en el afecto genera un estado ansioso ya que el niño no sabe en qué momento tendrá el afecto de sus padres y en qué momento será retirado. Debido a que el amor y la atención se brindan de manera inconsistente, significa que puede aparecer y retirarse en cualquier momento sin previo aviso. Los niños verán el amor, el afecto y la atención como algo que debe asegurarse y controlarse. Se comportarán de manera enojada y celosa para asegurar el amor y la atención de sus padres o cómo una forma de llamar su atención. Se pondrán ansiosos cuando los padres se van y enojados cuando regresan, temiendo el abandono inminente pero cansados y abrumados por su atención; atrapados en el ciclo de sentirse abandonados y temiendo la atención sin saber cómo lidiar con ella por el temor a ser abandonados nuevamente.
En las relaciones adultas estos patrones de afecto se manifiestan como
comportamientos controladores, obsesivos y desconfiados del amor y el compromiso de una pareja. Revisa la siguiente lista para conocer la gama completa de comportamientos que se presentan en los adultos ya que la codependencia emocional se relaciona directamente con el estilo de apego ansioso y ambivalente. Es muy importante entender tu estilo de apego y de donde proviene. Por qué se generan estos síntomas. Puedes tener creencias como “Nadie me ama” o “siempre tengo que luchar para que alguien me ame” debido a que esto fue lo que te enseñaron en tu infancia y por lo tanto, has creado todo una estructura de creencias que determinan tus emociones, tu nivel de autovaloración y la manera cómo te comportas en tus relaciones afectivas. Sin embargo, nada de esto es verdad y tu puedes crear otro sistema de creencias basadas en el amor, el merecimiento y la autovaloración al cambiar el sistema de creencias que ha sido impreso en tu infancia a través del relacionamiento con tus padres.